¿Tienes un proyecto cultural y quieres alinearlo con los ODS? Te explicamos cómo relacionar cultura y ODS reconociendo su valor patrimonial.
El valor de la cultura como patrimonio
Patrimonio cultural es el término genérico para definir el reconocimiento colectivo de elementos que son fruto de los valores culturales, normas, actitudes… de una comunidad.
Se trata de elementos tangibles e intangibles, como lugares, paisajes, objetos, edificios, conocimientos, técnicas, expresiones de la vida social, etc.
Estas manifestaciones de nuestra vida forman parte de nuestro imaginario y de la manera en la que entendemos y nos relacionamos con el mundo que nos rodea.
Convertimos estas prácticas en patrimonio cuando las reconocemos, nos responsabilizamos de ellas y adoptamos una voluntad para salvaguardarlas.
El patrimonio en el ámbito rural
El reconocimiento de la cultura popular y las formas de vida rurales tiene sus orígenes en el folclore, que surgió como movimiento burgués en el siglo XIX.
Este movimiento surgió como respuesta a la pérdida de valores y prácticas de la sociedad tradicional debido a la industrialización y al crecimiento de las ciudades.
Una pérdida que generaba una sensación de desarraigo.
En los años 60 del siglo XX, se reconoce por primera vez a nivel internacional este tipo de patrimonio.
En 1968, las recomendaciones de la UNESCO para la conservación de bienes culturales incluían, entre los bienes a salvaguardar, las construcciones y elementos tradicionales, los espacios rurales o los elementos etnológicos.
Actualmente, estas manifestaciones, mayoritariamente intangibles, de la cultura están reconocidas por la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO del año 2003.
Y están protegidas por sus listas representativas,como elementos declarados, y también por las diversas normativas estatales y autonómicas que se elaboraron en los años 80 del siglo pasado.
Reconociendo la relación cultura-naturaleza
Uno de los primeros antecedentes que relacionan la cultura con el entorno natural y el desarrollo local lo encontramos en 1972, en la Convención por la protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural.
Más tarde, en la edición del 1974, se creó el instrumento de reconocimiento y protección de los paisajes culturales “Reserva de la Biosfera” como elemento de conjunción entre las formas de vida humanas (cultura) y la naturaleza en un mismo hábitat.
Posteriormente, se ha tratado el tema de la cultura como motor para el desarrollo local en varias conferencias y convenciones internacionales, como el Congreso Internacional de Hangzhou en el 2013, bajo el título “La cultura: clave para el desarrollo sostenible”.
La cultura, por lo tanto, además de ser una responsabilidad global, es también un elemento transversal a cualquier ámbito de nuestra vida y determina qué tipo de impacto generamos sobre el medioambiente.
Vemos así que cultura y ODS están más relacionados de lo que parece.
Cultura y ODS
La cultura tiene carácter transversal a todos los ODS, ¿por qué? Porque si hacemos cambios en nuestra manera de hacer las cosas, también modificamos nuestros marcos mentales y, a la vez, nuestro impacto sobre el entorno.
Así reconoce la UNESCO la necesidad de unir cultura y ODS .
Genera y enriquece procesos de identidad y pertenencia y, consiguientemente, dinamismo comunitario y cohesión social.
Promueve espacios de diálogo y de dignificación de los valores y recursos de las sociedades rurales.
Favorece la creación de tejidos colaborativos capaces de impulsar un desarrollo económico más sostenible.
Muchos conocimientos y técnicas tradicionales tienen valores intrínsecos de sostenibilidad, buscan el equilibrio con el medio y son favorables a modelos de producción y consumo sostenible.
La cultura permite generar procesos de revisión crítica desde el conocimiento, la práctica y la creatividad.
Los derechos culturales, la diversidad y la creatividad son elementos clave en el desarrollo de las personas y afectan a cualquiera de los 17 ODS.
“Somos seres sociales y, por eso, el sentimiento de identidad y pertenencia a un grupo es una necesidad esencial de la humanidad.”
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